Princesa de los Hielos by Tea Stilton

Princesa de los Hielos by Tea Stilton

autor:Tea Stilton [Stilton, Tea]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Fantástico, Infantil
editor: ePubLibre
publicado: 2009-02-23T16:00:00+00:00


Era insoportable. Gunnar avanzó hacia el espejo, sin dejar de mirarse. Se esforzó por recordarlo todo. Rozó el espejo con la punta del hocico, y empezó a gruñir, mientras el hombre reflejado apretaba los puños con rabia.

~*~

Muchos años atrás, Gunnar no se llamaba Gunnar. Era un muchacho feliz y despreocupado, que trabajaba en la aldea del otro lado de las montañas. Ayudaba a su padre a construir casas.

Un día, en el camino que iba de la cantera a la aldea, lo pararon unos bandidos procedentes de un reino lejano. Eran cinco hombres negros, que apestaban a turba, como si hubiesen vivido mucho tiempo bajo tierra. Hombres de ojos blancos, extranjeros.

Le robaron, lo ataron y lo tiraron al cráter de un volcán apagado. Se sintió morir, pero, sin embargo, sobrevivió.

Lamía hielo para beber, y esperaba que, tarde o temprano, alguien iría a desatarlo. Pero nunca llegaba nadie.

Cuando las fuerzas lo estaban abandonando, oyó una voz de mujer, y notó una presencia junto a él. Olor a azufre, a volcán, un olor muy fuerte. A pesar de las cuerdas, intentó volverse para ver quién era. Con el ojo que le había quedado sano tras la caída, entrevió una figura vestida con pieles de lobo, cuya piel oscura se confundía con las paredes de la caverna.

—Me llamo Alifa —susurró la sombra—. Y este lugar me pertenece. —Tenía una voz ronca y profunda, como salida del corazón del mundo—. Y tú también me perteneces.

Se acercó a él, y le acarició la piel con unos dedos largos que parecían esquirlas de piedra. Alifa era la guardiana del volcán.

Él intentó reaccionar, pero estaba demasiado débil. Alifa se deslizó junto a él, y empezó a pasearse a su alrededor. Se inclinó hacia su rostro y lo miró con dos ojos rojos, líquidos, que parecían de lava.

—Eres mío. Pero te estás muriendo.

Él cerró los ojos. Por mucho que se esforzara en recordar, sólo acudían a su mente la oscuridad, el frío y el olor a azufre. Sabía que ella lo había levantado del suelo, y que lo había conducido más abajo, a su refugio dentro del volcán.

Recordaba la voz de Alifa despertándolo.

—Puedo salvarte la vida, hombre —susurró—. Pero no será la vida de antes.

Él no lo comprendía, y ella siguió hablando:

—Eras una criatura débil e indefensa, por eso la vida se te escapa. Yo puedo convertirte en una criatura fuerte y temible. Recobrarás la vida, pero ningún ser humano volverá a verte con el aspecto que tenías antes. Serás un lobo. Un lobo blanco. Y, cuando lo seas, no podrás decirle a nadie que me has conocido, ni hablarás de las condiciones de nuestro acuerdo. La decisión es tuya.

Él estaba angustiado, confuso, y seguía sin comprender. ¿Un lobo? ¿Qué sentido tenía vivir como un lobo? ¿Qué vida le esperaba? Entonces recordó lo que le había dicho su madre cuando nació su hermano: «La vida es un bien, hijo mío. Nuestro bien más preciado».

—Ya me he decidido —dijo, hablando con dificultad.

—¿Y cuál es tu decisión?

—Convertirme en lobo.

En el Salón de los Espejos de Arcándida, Gunnar cerró los ojos.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.